Covent Garden y Abadía de Fontenay: ¿similitudes?
Nos encontramos en la tesitura de analizar dos
soluciones constructivas separadas por seis siglos. Una corresponde a la época
medieval y dentro de la corriente cisterciense (s.XII), el monasterio de
Fontenay. La orden cisterciense huyendo del gusto terrenal y del lujo al que se
había acostumbrado la orden de Cluny busca crear espacios en los que prime la
austeridad y simplicidad. Y por otro lado tenemos una estructura realizada en
el siglo XIX, en la que los nuevos
materiales producto de la revolución industrial van a brindar la posibilidad de
crear estructuras simples pero con una gran funcionalidad. La solución elegida
por Charles Fowler para el Covent Garden de Londres también acogía el concepto
de simplicidad y limpieza que la función del edificio requería, ya que su
actuación supuso pasar de un mercado de abastos a base de puestos
independientes, completamente destartalado, masificado y con problemas de salubridad a un espacio
diáfano, luminoso, ventilado y en el que se podía controlar el tipo y el número
de comerciantes que lo usaban.
La elección del material constructivo viene
determinado en gran medida por la función del edificio, la abadía es un
edificio para uso religioso y en el que primara la durabilidad, por ello eligen
la piedra, mientras que el Covent Garden tiene una función civil más práctica,
por lo que se eligen materiales nuevos que son fáciles de obtener, permiten una
rápida construcción y no necesitan mostrar un estatus o nivel puesto que van
dirigidos a un uso práctico, han elegido, cristal*, hierro y ladrillo.
Las dos construcciones adoptan una estructura
abovedada, se puede ver la similitud en la línea de arcos fajones apuntados de
la construcción medieval y la línea de arcos de medio punto que componen la
estructura metálica del Covent Garden. En el primer ejemplo la luz es menor que
en el otro edificio porque la piedra tiene sus limitaciones constructivas, mientras
que el hierro con el que están realizados los arcos del Covent Garden permite
abarcar mayor superficie.
La sujeción de la bóveda de cañón apuntada de la
nave central de la abadía se realiza a través de gruesos pilares reforzados a
través de las naves laterales. Los arcos formeros descansan sobre pilastras
circulares y los fajones sobre pilastras cuadrangulares. Ambas adosadas al
pilar conformando un pilar cruciforme de grandes dimensiones. El edificio se
cierra con muros gruesos y contrafuertes exteriores, son por tanto muros de
carga. En el Covent Garden, la estructura metálica abovedada se apoya en
pequeñas columnas o pilares de hierro fundido, al tratarse de materiales
ligeros estos pueden descansar sobre estas estructuras metálicas y no necesitan
sujeciones adicionales exteriores, sin embargo si encontramos la existencia de
unos tirantes metálicos que refuerzan la estructura contrarrestando empujes y
dando solidez a los arcos. Estos tirantes se aprovechan también para formar una
caída de agua. Al igual que la nave de la abadía, el mercado consta de dos construcciones
longitudinales laterales, donde se ubican los puestos de mercancías, pero estas
no realizan función sustentante como las naves de Fontenay. La bóveda
acristalada incorpora además un sistema de cerchas a dos aguas en la parte
superior, posiblemente para dirigir el agua de lluvia, tan abundante en esta
región. El cerramiento lateral de este edificio se realiza a través de muros de
ladrillos que no tienen función portante, son por tanto de cerramiento, lo que
permite abrir dos series de vanos para ventanas y puertas.
La simetría es perfecta en la construcción
medieval mientras que en el mercado aparentemente es así, al menos en los
elementos estructurales, pero no en los elementos decorativos o funcionales. En
el lateral derecho de la nave las ventanas son de forma cuadrada y los accesos
a las salas contiguas a través de arcos semicirculares. Además consta de un
paso a una nave contigua a través de un gran vano adintelado. El lateral
izquierdo sin embargo consta de una hilera de ventanas de arco de medio punto y
los accesos a los cubículos laterales a través de estructuras adinteladas. La
decoración en ambos casos es de gran simpleza, capiteles apenas decorados y
ausencia de elementos pictóricos o escultóricos.
La iluminación en el edificio moderno se realiza a
través de su bóveda cubierta por cristaleras, solución que se hizo posible
gracias al avance técnico en la producción de este material que permitía crear
placas de gran tamaño, calidad y transparencia. Este avance estaba relacionado
con el del hierro fundido. En la construcción religiosa, la iluminación se
realiza a través de vanos abiertos en el imafronte, al carecer este muro de una
función sustentante principal. Consta de una serie de ventanas, cubiertas por
vidrieras blancas siguiendo las directrices de San Benito. Para la orden
cisterciense los juegos de luces que se creaban a través de vidrieras
coloreadas eran ostentosos e innecesarios.
Abadía de Fontenay imagen de
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